Pol Fernández salió de Cruz Azul a principios de 2020, cedido a préstamo por un año a Boca Juniors y con una cláusula de salida que rondaba los 4,5 millones de dólares. Ya van 10 meses y todavía no se resuelve su renovación con el elenco argentino, a pesar que había quedado bien encaminada en los últimos días.

Oficialmente, el Xeneize firmaría con la Máquina un compromiso de compra del pase del volante, con el dinero que entrase al club por la venta de Iván Marcone al Elche. Extenderían el préstamo de Fernández hasta fines de 2021 y, una vez que se consolidara la venta del Capo al futbol español, el cementero recibiría el dinero.

 

Pero Fernández no aceptó y la negociación se cayó en la última semana. Sus allegados aseguraron que esperaría hasta fin de año para ver en qué club jugaría en 2021 y ver si seguía en Boca o no.

Sin embargo, en la edición de Olé esta mañana, revelaron que fue por culpa de Cruz Azul que las pláticas están frenadas. Según ellos, "hay una deuda que el club mexicano tiene con el volante y con su padre, que a su vez es su representante, que primero hay que saldar. 'Ojalá que eso se pueda resolver pronto y que el Cruz Azul también acepte nuestra propuesta', contaron".

El mismo medio asegura que el deseo de Pol es quedarse en Boca, pero que hoy no hay certezas sobre su continuidad el próximo año, a la espera de lo que ocurra durante los siguientes días con la Máquina Cementera.