Guillermo Fernández dio un golpe en la mesa cuando decidió hacer públicas sus intenciones de no renovar con Boca Juniors. Lo que en un principio fue visto como un gesto de valentía, terminó convirtiéndose en la peor decisión de un futbolista que fue condenado al ostracismo y apartado del equipo después de sus declaraciones.
Negado a extender el préstamo que le unía al xeneize, Pol buscaba nuevos retos en su carrera deportiva lejos de Argentina, y todo apuntaba a su regreso a Cruz Azul; sin embargo, la decisión no cayó del todo bien en el conjunto de La Bombonera ni en su Consejo de Futbol, encabezado por Juan Román Riquelme, y decidieron apartar al mediocampista aún con dos meses de competencia por delante.
“No podía salir a aclarar todos los días algo nuevo, entonces me llamé a silenció.Lo sufrí solo y con mi familia, pero estoy muy agradecido a los compañeros que tuve en ese momento. Sin ellos no hubiese sido tan fácil como fue porque yo entrenaba con ellos y me sentía parte, pero hasta el viernes o sábado que había que concentrar”, comentó Pol al programa “Abran Cancha”, de TyC Sports.
Y es que el nacido en Santa Fe tenía claro su regreso con La Máquina, equipo con el cual tiene contrato hasta junio del 2022. Desde Boca intentaron convencerle pero el jugador tenía decidida una revancha con el club con el que apenas estuvo seis meses en su primera etapa.
“Se hablaba de los clubes grandes y ahí entraba Racing. Eso a mí me ponía bien en la parte deportiva, perono la pasé tan bien como se imagina porque yo quería entrenar y poder estar los domingos adentro de la cancha”, destacó el argentino, quien ahora se ha convertido en una de las piezas más importantes del equipo de Juan Reynoso.