Fue en la semifinal del torneo Clausura 2011 cuando José de Jesús Corona ‘perdió la cabeza’. Se jugaba un 15 de mayo en el estadio de Morelos un partido que parecía de trámite para Cruz Azul. Con el colchón de la victoria 2-0 en la ida en el Estadio Azul, La Máquina estaba encarrilada a afrontar una nueva final de Liga, pero bastaron una sucesión de hechos para que se perdiera la llave, y ‘Chuy’ fuese desterrado de la selección mexicana.

Tras un partido trabado y con pocas acciones de peligro, bastaron solo 11 minutos para que Rafael Márquez Lugo emparejara la serie. Su doblete igualaba la ventaja que traía Cruz Azul, y junto con el apoyo del Estadio Morelos, se le vino la noche a los cementeros.  La tensión llegó al punto que era evidente el nerviosismo de los jugadores celestes cuando tenían el balón, refiriendo al lugar común de la obra de Gabriel García Márquez, aquella noche fue la “Crónica de una muerte anunciada”.

Al minuto 88 se derrumbó toda esperanza celeste. Jaime Lozano marcaba el 3-0 y ponía contra las cuerdas a los visitantes. El desasosiego pasó del campo a las gradas, y un fanático de Cruz Azul, molesto, saltó al terreno e increpó a Gerardo Torrado en medio del campo. Christian Giménez, testigo VIP de la escena, salió en defensa de su compañero y se enzarzó a empujones con el aficionado de los cementeros. 

El revuelo se esparció por toda la cancha y los jugadores de Monarcas intentaron separar a los protagonistas. Las cámaras de televisión documentaron todo hasta que una escena dejó pasmados a televidentes y relatores: Sergio Martín, preparador físico de los locales, sangraba a raudales por la nariz. Nadie sabía cómo ni por qué, pero ahí estaba Martín sangrando a chorros y con mirada perdida.

El director de la transmisión buscó en cada cámara sobre la cancha cada instante de la trifulca: hasta que apareció, como esos instantes que pasan a la historia y dejan marcados a su autor, el momento que reflejaba el sentir de Cruz Azul en aquella etapa del partido. Las cámaras de televisión captaron a Jesús Corona propinando un cabezazo salvaje a Marín que terminó por romperle la nariz.

Desorientado y tomándose la herida, el preparado se acuchilló para detener el sangrado mientras que ‘Chuy’ salía de la escena. El desenlace fue el presagiado: Cruz Azul cayó eliminado pero ahí no terminó la condena. Analizado el video por las autoridades, Corona fue suspendido por seis fechas, que cumpliría el siguiente torneo, y además, el hecho fue un alegato infranqueable para que la selección de México ‘borrara’ al portero de la convocatoria para disputar la próxima Copa Oro.
 

Desde entonces, aquel es recordado, no como el de la eliminación de Cruz Azul de manos de Morelia, sino como el día en que Jesús Corona perdió la cabeza.