La novela sigue y cada vez está más entramada. En la directiva de la Cooperativa La Cruz Azul continúan sumándose complicaciones y la última fue la toma de control por parte de la justicia de las instalaciones corporativas en la zona de Gran Sur, en la Ciudad de México, con una orden de allanamiento de parte del juez civil Jonathan Molina.

Sin embargo, aquí comienzan las contradicciones. Por un lado, la orden judicial ordena entregarle las oficinas corporativas al Consejo de Administración y Vigilancia, encabezado por los 45 socios destituídos (hoy llamados disidentes) y que lideran José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez.

No obstante, abogados explican que un juez civil "no pueden vulnerar la autonomía de una cooperativa. El Consejo de Administración se decretó como nulo y hay medidas cautelares de un juez federal que impiden su funcionamiento", según explicó la periodista Olga Hirata.

Por otro lado, Víctor Manuel Velázquez envió un mensaje a los socios supuestamente restituidos por la orden judicial del juez civil, minutos después de tomar las instalaciones:

"A los abogados y a los despachos, a todos los que estuvieron con nosotros y creyeron en nosotros, saben perfectamente que toda la gente que se decía disidentes somos la gente productiva en la Cooperativa. Hay muchos compañeros en Lagunas Oaxaca, muy valiosos, que próximamente tienen que estar con nosotros. Vamos a hacer un llamado a la unidad, para la gente de Lagunas, de CDMX, de Cruz Azul Hidalgo, plantas de Puebla y de Aguascalientes. A todo el núcleo cooperativo que siempre ha sido un ejemplo para el cooperativismo y un factor económico nacional. Gracias a todos y que viva La Cruz Azul".

La Cooperativa instruyó a sus empleados a no asistir hoy a trabajar en las oficinas corporativas en Gran Sur, porque están bajo control del Consejo de Administración mientras se resuelvan los problemas actuales, agudizados porque las fuerzas policiales encontraron a Guillermo Patiño, secretario particular de Billy Álvarez, poniendo documentos en cajas en las oficinas de la cementera y con la leyenda "triturar", y con bolsas con alrededor de 500 mil pesos mexicanos.

Esto se suma a la orden de captura con la fuerzas de la SSC que llegaron al domicilio de Víctor Garcés esta mañana, sin encontrarlo presente, razón por la que hoy se considera prófugo de la justicia. ¿Tendremos algún día tranquilo en Cruz Azul?