Cada cierre del año suele traer balances, despedidas y -a veces- preguntas sin respuesta. En Cruz Azul, diciembre volvió a ser ese momento incómodo en el que el pasado reciente se cruza con lo que pudo haber sido. Mientras el club oficializaba la salida de uno de sus delanteros más queridos, en Europa una escena cargada de dramatismo volvió a poner sobre la mesa una historia que la afición cementera conoce demasiado bien.
El fútbol, caprichoso como pocos, eligió el mismo día para unir dos caminos que nunca llegaron a encontrarse. En La Noria se bajaba el telón para Ángel Sepúlveda. En Atenas, el último suspiro devolvía a Luka Jović al centro de la escena continental.

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El nombre del serbio fue, durante el verano, el gran anhelo de La Máquina. Iván Alonso lo convirtió en prioridad absoluta y se trabajó durante semanas para liberar cupos de extranjero. Las negociaciones se dilataron, el tiempo jugó en contra y el delantero tomó una decisión. Víctor Velázquez lo explicó después sin rodeos: hubo una oferta importante, pero el jugador eligió otro destino.
AEK Atenas apareció en el momento justo y lo fichó como agente libre tras su salida del AC Milan. Para la afición cementera, el desenlace dejó una sensación amarga. No solo por el jugador que no llegó, sino por lo que esa ausencia significó en la planificación del semestre.
El gol de Luka Jović que sacudió a toda Europa
AEK Atenas vivió una noche de esas que explican por qué el fútbol sigue siendo una fábrica de relatos imposibles. Cuando el reloj ya marcaba 90+15’, el VAR señaló penal. Jović tomó el balón sin titubeos y ejecutó con frialdad para el 3-2 definitivo. AEK pasó del borde del abismo al tercer lugar general. Fue un gol que cambió una clasificación… y que resonó a miles de kilómetros.
Jović encontró en Grecia un contexto propicio para reconstruir su carrera. Hoy suma 10 goles en 23 partidos con AEK, incluido un hat-trick ante Panathinaikos, y vuelve a ser decisivo en escenarios de alta tensión. No es una explosión descomunal, pero sí un regreso al protagonismo. El mismo que Cruz Azul imaginó durante meses y que nunca llegó a concretarse.
El presente de Jović no cambia el pasado, pero sí reactiva las preguntas. ¿Qué hubiera pasado si la operación se cerraba? ¿Cómo habría sido el semestre con ese “nueve estelar” que nunca llegó? Son interrogantes inevitables para una afición que vivió la novela de cerca y que hoy ve al serbio decidir partidos en Europa.
El adiós de Ángel Sepúlveda en Cruz Azul rumbo a Chivas
Mientras Jović celebraba en Europa, Cruz Azul se despedía oficialmente de Ángel Sepúlveda. El Cuate se marchó tras casi tres años en el club, dejando números sólidos y una huella emocional fuerte. Campeón de la Concacaf Champions Cup, goleador del torneo internacional y protagonista en momentos clave, se ganó un lugar especial en la memoria reciente del equipo.

Ángel Sepúlveda ya posó con la playera de Chivas de Guadalajara. (X @Chivas)
Desde las redes oficiales, La Máquina acompañó su salida con un mensaje que reflejó ese sentir colectivo: “Hoy llega a su fin la etapa de Ángel Sepúlveda en Cruz Azul. De parte de todos los Azules… ¡gracias por tanto, Sepu!”. El texto estuvo acompañado por un video con sus momentos más recordados, en el que el club lo definió como “un delantero de culto que nos deja momentos inolvidables”.
Su salida rumbo a Chivas marcó el final de un ciclo que superó expectativas. Llegó como apuesta de rotación y se fue como referente. El club lo despidió con mensajes de agradecimiento y un reconocimiento acorde a su impacto, justo cuando el debate sobre la delantera volvía a instalarse.





