Seis meses duró la aventura de Guillermo Fernández en Cruz Azul. El argentino llegó a mediados de 2019 y con proyección de ser uno de los mejores volantes ofensivos del futbol argentino, pero en el torneo de Apertura hubo cambio de técnico, sufrió una lesión, fue enviado al banquillo de suplentes y sumó pocos minutos.

A principios de 2020 todo cambió y Boca Juniors se interesó en repatriar a Pol. Surgido de sus fuerzas básicas y con una buena relación con su vicepresidente segundo Juan Román Riquelme, Fernández se fue cedido por un año -hasta diciembre- al Xeneize, con una cláusula de salida de 4,5 millones de dólares.

Rápidamente demostró, levantó la copa de campeón en Argentina, y en Boca quieren retenerlo. Sin embargo, los argentinos han demostrado que no están dispuestos a pagar lo que determinó Cruz Azul por el valor de su carta, y han hecho todo por rebajar el precio, por lo que incluso han ofrecido a la mitad de su plantilla en parte de pago.

En la Máquina no quieren sino el dinero, por lo que ya rechazaron recibir a Jan Hurtado, Sebastián Pérez, e incluso Iván Marcone y Carlos Izquierdoz, por quienes desde Boca ofrecían rebajas en el valor de su carta para que desde México solo pagaran la diferencia. Pero Cruz Azul no quiere. Y los azul y oro no se rinden.

Según revelaron en TNT Sports este martes, los directivos xeneizes siguen en negociaciones con los cementeros por el préstamo de Fernández, "Boca va a intentar comprarlo, pero ya han hablado con la gente de Cruz Azul a través del Chelo Delgado, que ya jugó ahí, para intentar bajarlo y poder negociarlo". ¿Conseguirán su cometido? Todo indica que no.