Desde hace mucho que el América dejó de resultar un rival competitivo para Cruz Azul. A pesar de ser uno de los choques más seguidos y con mayor rivalidad en el fútbol mexicano, los últimos encuentros entre ambos conjuntos demuestran una tendencia que se viene repitiendo y se ha hecho costumbre en las ediciones del Clásico Joven: La Máquina genera una autoridad abrumadora ante sus pares del Nido, y ya se habla de paternidad celeste entre los contendientes del Estadio Azteca.

La contundente goleada y humillación de 4-1 en el último duelo que disputaron por la jornada 3 de la Copa por México, revalidó un secreto que se viene extendiendo con el correr del tiempo: Cruz Azul es mucho equipo para el América. Con la de ayer, ya son cuatro resultados favorables para los de La Noria cuando tienen a los americanistas en la parcela de al frente.

La primera victoria de este dominio de los cementeros fue en el Clausura 2019 con Pedro Caixinha en el banquillo. Aquella tarde los celestes se impusieron 1-0 con gol de Jonathan Rodríguez, quien también batió el arco azulcrema en la jornada de ayer. El segundo triunfo- fue en el Apertura 2019 con otra goleada de 5-2 en el Estadio Azteca. Otra vez ‘Cabecita’, acompañado de Orbelín Pineda, José Domínguez, Pablo Aguilar y Roberto Alvarado, fueron los autores de los tantos.

La dosis se repitió en la última jornada del Clausura 2020 antes de su suspensión. Aquel dramático encuentro se definió con un penal atajado en el último minuto por Jesús Corona, quien regaló el triunfo a los suyos después de que el mismo delantero charrúa abriera el marcador y pusiera cifras definitivas al encuentro.

Siboldi y un ‘piojito’ de hijo. No solo la paternidad se da en el plano general, en el individual también hay cuotas de dominio que se inclina hacia los de La Noria. El actual entrenador del equipo también hila cinco victorias consecutivas contra su homólogo Miguel Herrera.

Robert Dante Siboldi alcanzó esta cifra de lauros ante el Piojo en la jornada de ayer. De las cinco conquistas, tres han sido en el banquillo cementero, mientras que las dos primeras se dieron cuando comandaba la nave del Santos Laguna.