“Se tomará un mes para decidir su futuro”, expresó hace tres semanas Martin Bosso, agente de Jonathan Borja sobre la decisión que tomará el delantero ecuatoriano en relación a la continuación de su carrera. Las declaraciones surgen a raíz de la oferta que recibió el cementero del Columbus Crew, de la MLS, y la poca participación que ha tenido en Cruz Azul el último semestre que han hecho de su futuro una moneda en el aire.

 

Desde las oficinas de La Noria se dijo que Borja era un elemento importante en el equipo; incluso, se habló de extender su cesión o hacer efectiva la opción de compra en el mes de diciembre, por lo que se aventuraba un final feliz entre los celestes y el ecuatoriano. No obstante, las últimas decisiones de Robert Dante Siboldi dan a entender que el pensamiento de la directiva dista mucho del que se tiene en el banquillo.

“Sabemos que los que entran harán un buen trabajo, que no a todos les toca participar, pero esto es trabajo en equipo y todos tienen que estar preparados por si les toca. Jaiber (Jiménez) y Ceppelini (Pablo), que no les ha tocado estar, siguen fuertes: todos quieren estar, todos quieren jugar, y trabajan para eso", expresó el entrenador charrúa tras el último partido cuando se le preguntó por el rendimiento que se ofreció ante el León.

Sus declaraciones corresponden a una interrogante que se posa en la atmósfera de La Máquina: ¿Por qué no cuenta con Borja? En la rueda de prensa post partido se comprobó que Siboldi no tiene del todo claro la participación del suramericano entre sus dirigidos. Desde su llegada hace más de siete mes -parón incluido-, Jonathan solo ha disputado dos partidos.

 

 

A estas palabras se suman las que profirió cuando Jonathan Rodríguez cayó suspendido y se buscaba su reemplazo. “Ahí está Milton (Caraglio) y Santiago (Giménez)”, dijo aquella vez el uruguayo, descartando de nuevo al ecuatoriano. Si el agente del jugador afirmó que se tomarían un mes para analizar sus mejores opciones, lo cierto es que Siboldi pareciera estar empujando al delantero a la puerta de salida; y a solo cuatro meses de que acabe el periodo de su cesión, resulta complicado que algo cambie la situación.