El inicio de Martín Anselmi como director técnico de Cruz Azul no fue el que soñó. En su debut, enfrentó no solo los desafíos de un equipo grande con expectativas altas, sino también el rechazo inmediato de una afición que se sintió traicionada con la salida de su capitán.
Y es que, en medio del conflicto con Juan Escobar y una derrota dolorosa en el regreso al Estadio Azul, el estratega fue blanco de abucheos y hasta agresiones por parte de los aficionados. Sin embargo, el tiempo y los resultados cambiaron la historia, por lo que en el mismo 2024, el argentino logró un reconocimiento y respeto que pocos imaginaban cuando comenzó su mandato.
Así, lo peor para Martín Anselmi llegó cuando, en su debut ante Pachuca, algunos aficionados superaron los límites de la crítica y, en medio de su enojo, lo agredieron con líquidos y objetos. La escena fue un claro recordatorio del mal momento por el que pasaba Cruz Azul y el entrenador, que en ese entonces parecía estar perdiendo la batalla contra una afición que no perdonaba antes de empezar.
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La advertencia que lanzó Anselmi al principio del 2024 y que cumplió
“Fue lindo tener a nuestra gente, encontrarnos de vuelta con el hincha. Y es normal que cuando el equipo no gana la atmósfera no sea lo mejor, pero estoy convencido de que lo vamos a revertir, estoy convencido de que esto es partido tras partido, entrenamiento tras entrenamiento”, fue la advertencia que lanzó Anselmi tras su debut de pesadilla. No tardó mucho en cumplirla.
Y es que, a medida que avanzó el torneo, el rosarino comenzó a recuperar terreno. Su capacidad para manejar la adversidad y transformar el equipo, reforzando su identidad y marcando un claro estilo de juego, permitió que los abucheos fueran reemplazados por aplausos y reconocimiento.
Así es como cerrará el 2024 para Martín Anselmi: un año lleno de contrastes, donde los abucheos y las agresiones quedaron marcados como el momento más vergonzoso de su paso como celeste, pero también como el punto de inflexión que lo llevó a ganarse la confianza y el cariño de la afición. A pesar del complicado inicio, el argentino demostró que la suya con Cruz Azul es una historia todavía sin final, cada vez más cerca de la décima estrella.