¿Para qué se fichó a Ignacio Rivero? La pregunta podría encerrar matices de alguna crítica pero también desvela en su esencia una realidad: nadie sabe, salvo Robert Dante Siboldi, para qué llegó Nacho Rivero a Cruz Azul. El futbolista que estaba llamado a ser el mejor complemento en el medio del campo, no juega… ni cuando faltan mediocampistas.

Sorprendieron las declaraciones a mitad de semana de Elías Hernández cuando afirmaba que no estaba contento con su nivel de juego; y como si sus palabras antecedieran lo inminente, el mediocampista partió desde el banco en el partido entre Atlético San Luis vs. Cruz Azul. Además, otro recurrente en la zona del medio, Yoshimar Yotún, también lo vio desde el banquillo de los suplentes.

Ante la baja de estos dos elementos, quienes han sido regulares en las alineaciones en las seis jornadas disputadas del torneo, todo indicaba que sería la oportunidad para el ex-Xolos de debutar como titular con La Máquina en este Guard1anes 2020. Sin embargo, Robert Dante Siboldi sorprendió con la inclusión de Roberto Alvarado -quien venía de una fecha ausente- y de Orbelín Pineda en detrimento del jugador uruguayo.

De los 540 minutos que se han jugado en estas seis primeras jornadas, el charrúa solo acumula 111 sobre el terreno de juego, en las que tiene una tarjeta amarilla como hecho anecdótico de su participación. Para el próximo duelo ante el Necaxa, en la jornada 7, con todos los efectivos a pleno, la posibilidad de ver a Riveros es remota.

Caso parecido es el Joaquín Martínez, el ‘Shaggy’, quien llegó con su pintoresco corte de cabello, pero todo se ha reducido a eso. A diferencia del primero, quien al menos ya ha pisado el césped, el ex-Morelia ni siquiera ha podido debutar en este torneo, aún y cuando su competencia sobre el terreno es una sola: Juan Escobar.