La salida de Roberto Alvarado fue un golpe duro para gran parte de la afición de Cruz Azul. El Piojo, llegado tres años y medio antes a la institución, se había ganado el corazón de los fanáticos y se convirtió en un jugador importantísimo para el club. Ganó cinco títulos oficiales y uno amistoso,y brilló siempre.

Su presentación oficial en Chivas fue el domingo 26 de diciembre, horas después de la Navidad. El seleccionado nacional ya debutó en un partido amistoso de pretemporada y además de anotar un gol, dio una asistencia. El fichaje por el Guadalajara fue su regalo de Navidad, ya que se enteró en plena celebración con su familia.

Alvarado y su esposa Dayana viajaron a Salamanca, de donde es originario el Piojo, para pasar la Nochebuena. Y aunque esperaban pasar hasta el 26 todos juntos, el 25 por la noche el jugador volvió a Ciudad de México para despedirse de sus compañeros en Cruz Azul y emprender rumbo a Guadalajara el 27, y firmar su contrato con Chivas.

Guillermo Alvarado, padre del Piojo, reveló en plática con ESPN que “en Navidad nos reunimos con mis papás, con los papás de mi esposa y hacemos algo pequeño, pero significativo. Yal día siguiente, el 25, estábamos en la casa teniendo una cenitacon los miembros de la familia, que no pudieron estar el 24, y fue ahí cuando le avisan que ya se regrese a México.

“Estaba platicando con unos familiares que habían llegado a visitarnos. Querían unas fotos, que les firmara unas playeras, cuando le avisa por mensaje su agente. Nos comenta primero a mi esposa y a mí y luego a los demás que estábamos ahí. Lo felicitamos y lo abrazamos en ese momento”, agregó.