La salida de Igor Lichnovsky afectó a Cruz Azul. Además de en el plano deportivo -en donde la zaga cementera redujo su efectividad desde la salida del chileno-, la nueva directiva del club consideró una derrota la partida de un futbolista al que se tenía en los planes a futuro, pero en palabras de los propios jerarcas, "una clásula ridícula lo hizo salir".

Esta negociación marcó un precedente, y ahora habrá más restricciones para los jugadores que fuercen su salida. Con los últimos rumores revoleando sobre la supuesta marcha de Orbelín Pineda a la Premier League de Inglaterra, el caso del mediocampista recuerda al del defensor, con el condicionante que ahora desde la cúpula de Cruz Azul no pretenden 'caer' en el juego del futbolista.

Según el portal San Cadilla, el entorno de Orbelín "orquestó" este supuesto interés de varios equipos ingleses para cotizar mejor a su jugador. Esta información también fue corroborada semanas atrás por la reportera Olga Hirata, asidua en el acontecer de La Máquina. El objeto final de esta movida tenía como fin apurar a Cruz Azul en la renovación de Pineda, cuyo contrato expira en diciembre del 2021.

Sin embargo, y siempre y según estas informaciones, los cementeros no piensan renovar a jugadores cuyos contratos estén en vigencia, por lo que todo el entramado alrededor de Orbelín, habría caído en saco roto. 

Cruz Azul y sus renovaciones pendientes

El problema de la pandemia afectó las economías de los clubes, por lo que el margen de movimiento se ha restringido a la hora de negociar nuevos fichajes y renovaciones de contratos. En el caso de Cruz Azul, solo Rafael Baca ha pactado una extensión en su vínculo con el equipo. Elías Hernández es otro que está a la espera, al igual que Pineda, que a pesar de haber presionado, quedó expuesto y con el club molesto por su 'jugarreta'.