“Siboldi (Robert) nos pide que felicitemos y seamos agradecidos con aquellos que no jugaron ni fueron convocados”, fueron las palabras de Adrián Aldrete sobre uno de los gestos del entrenador uruguayo para animar a aquellos jugadores de Cruz Azul que no disponen de mucho tiempo de juego sobre el terreno.
La dinámica apunta a una estrategia perseguida por todos los entrenadores pero lograda solo por unos pocos: mantener un buen estado de ánimo en los elementos que no jueguen y así fomentar la competencia interna y evitar quiebres en el vestuario. En Cruz Azul parece que se ha logrado, yJonathan Borja es la mejor prueba de ello.
Con apenas dos minutos disputados con los cementeros durante lo que va de Guard1anes 2020, y con apenas tres participaciones en el pasado Clausura, el delantero ecuatoriano ha sido uno de los jugadores de campo con menos minutos en lo que va de año. Sin embargo, su actitud y ánimo no ha decaído, sino todo lo contrario.
En la última publicación del equipo a través de redes sociales, se percibe a Borja junto con Santiago Giménez con una actitud jovial y de camaradería. La imagen que en un principio pareciera intrascendente, refleja el triunfo de Siboldi en su cometido en cada partido hacia la plantilla.
Y esas sensaciones de ‘buenas vibras’ se extienden por toda la plantilla: Pablo Ceppelini y Álex Castro, otros que siquiera han debutado, van en la misma tónica que el delantero ecuatoriano. Ninguno hace malas caras y mucho menos se atreven a reprochar las decisiones del entrenador, lo que representa un logro, quizás, más importante que el propio liderato para el entrenador: y es el de hacer que todos los miembros del plantel remen para el mismo lado.